Todos conocemos los indudables beneficios de la luz solar y lo importante que es su energía para la vida en la Tierra. ¿Pero por qué es tan buena?¿Estamos aprovechando todos los beneficios que nos aporta?

A continuación te contaremos cómo aprovechar al máximo la energía más potente, limpia y sostenible que tenemos a nuestro alcance.

La energía solar es la energía que se obtiene directamente de la radiación solar, sin ningún tipo de intermediación ni proceso humano. Es un tipo de energía renovable, inagotable y abundante.

La energía fotovoltaica se obtiene de la energía solar transformando ésta en energía, utilizando diferentes dispositivos para su captación (placas solares) y posterior consumo (cables, inversores, baterías…). El equipamiento principal que se encarga de captar la radiación solar y transformarla en energía útil recibe el nombre de panel solar o placa solar.

Los paneles solares pueden ser de tres tipos: 

  • captadores solares térmicos (energía solar térmica)
  • módulos fotovoltaicos (energía solar fotovoltaica)
  • sin ningún elemento externo (energía solar pasiva)

¿Cómo se produce la energía solar?

La energía solar se genera cuando la luz solar incide en los paneles solares, que luego convierten la energía solar en electricidad apta para nuestros hogares. Esta transformación fotovoltaica es la forma en que se produce la energía solar. En este post, analizaremos en profundidad cómo un sistema solar doméstico aprovecha la energía del sol. 

¿Cómo se aprovecha la energía solar?

Existen tres formas de aprovechar la energía solar:

  • La energía solar pasiva es el método más antiguo de aprovechamiento de la radiación solar. Este método no requiere del uso de ningún dispositivo. Se trata, simplemente, de ubicar, diseñar y orientar los edificios de forma que se favorezca la captación de radiación solar. Es la base de la arquitectura bioclimática, es decir, usar materiales, aislamientos, cubiertas o ventanales con el fin de reducir notablemente la necesidad de climatizar los edificios e iluminarlos, con el consiguiente ahorro económico y de energía externa.
  • La energía solar fotovoltaica capta la radiación solar a través de las placas solares que, generalmente, están compuestas por células fotovoltaicas de silicio. Está radiación se transforma en energía eléctrica en corriente continua y a través del inversor se convierte en corriente alterna preparada para el consumo ya sea a pequeña o gran escala. 
  • La energía solar térmica sirve para generar agua caliente sanitaria o para calentar una vivienda. Su funcionamiento es muy sencillo y se basa en calentar agua mediante colectores solares.
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